Taller de padres N° 2.
Tema: Nuestro tiempo en familia.
Objetivo:
Brindar
orientaciones y estrategias que permitan a los miembros de la familia disfrutar
de diversas actividades que promueven el amor, la armonía y la estabilidad
familiar.
Dinámica
sugerida:
Nuestra familia.
Materiales:
hojas
de colores.
Definición:
consiste
en que cada participante de acuerdo a sus actitudes cuando esta con la familia,
tome una tarjeta del color que le corresponda, según la indicación del
dinamizador.
Objetivo:
Reconocer
el tiempo que se comparte en familia, la calidad del mismo y las actitudes que
se asumen dentro de ella.
Desarrollo:
Dispuestos
en el centro de recinto, se colocan tarjetas de diversos colores. A la voz del
dinamizador, cada uno deberá estar atento y tomar una tarjeta del color que le
corresponde según su actitud.
1.
Consigna para padres: Cuando tengo tiempo libre:
§
aprovechamos
para jugar o conversar en familia: tarjeta naranja.
§
Hacemos
actividades juntos: tarjeta verde.
§
Descanso
y me relajo solo (a): tarjeta roja.
2.
Consigna para hijos: Cuando tenemos tiempo libre todos en
casa:
§
Hacemos
actividades agradables: Tarjeta naranja.
§
Mis
padres están cansados: Tarjeta verde.
§
Cada
uno hacemos cosas por separado: tarjeta roja.
3.
Consigna para padres e hijos: A la hora de las
comidas (Cuando estamos todos en casa):
§
Nos
sentamos todos a la mesa: tarjeta naranja.
§
Cada
uno nos levantamos a horas diferentes: tarjeta verde.
§
Rara
vez nos sentamos juntos a la mesa: tarjeta roja.
4.
Consigna para padres e hijos: Los domingos:
§
Aprovechamos
la Eucaristía para vivirla como familia: tarjeta naranja.
§
Participamos
de la misa porque toca: tarjeta verde.
§
No
considero importante asistir: tarjeta roja.
Y así, se van enunciando consignas, cada
catequista de acuerdo a las características especificas del grupo de padres,
puede plantear aquello que considere pertinente
para realizar un análisis al interior de las familias participantes del
taller.
Al finalizar
las consignas, de acuerdo con el número de tarjetas recolectadas por cada
miembro de la familia, se hace un análisis que lleva a la importancia de
aprovechar el tiempo que se tiene en familia, para compartir, cultivar valores,
acrecentar la fe y fortalecer lazos de unión.
Ejes:
1.- El deporte no solamente desarrolla el cuerpo: Los fines de semana
son un momento ideal para comenzar con la práctica continua de algún deporte y
así fortalecer valores como la voluntad, la disciplina, el trabajo en equipo.
Además de desarrollar coordinación,
equilibrio, concentración y habilidades primordiales. Una de las mejores
maneras para incentivar la actividad física en los niños es que los padres sean
el ejemplo, por lo que aprovechen estas los días libres para salir a andar en
bicicleta en familia o realizar una simple caminata.
2.- Alimentación para el cuerpo y el espíritu: Incluir dentro de
las actividades familiares, la participación en la Eucaristía y aprovechando
los momentos en que están en casa todos, sentarse juntos a la mesa, dialogar y
colaborar todos en la realización de alguna receta familiar o especial.
Si hay los recursos económicos, salir a comer, procurar una salida
de vez en cuando, variando lo sitios, para complacer las preferencias de todos
poco a poco.
3.- El arte de la vida: La música y el arte estimulan la creatividad,
memoria, emociones, motricidad fina, disciplina y mucho más. Gracias internet se
puede acceder a cursos o ver videos
sobre cómo aprender a tocar algún instrumento, cómo hacer manualidades, crear
un collage, maquetas, pulseras, álbumes de fotos; actividades que pueden
hacerse en familia.
4.- La magia de los libros: Mostrarles a los hijos que leer no es algo aburrido y obligatorio, sino que puede ser un mundo mágico por descubrir, que puede ser algo entretenido como jugar o hacer deportes. Escoger libros juntos; es importante que ellos se sientan parte de las decisiones para que se conforme un espacio lúdico de lectura donde puedan compartir y dialogar. Por lo mismo, comentar las noticias del diario que les puedan interesar. Esto ayudará a aumentar su vocabulario y estimular su pensamiento. Lo importante es que logre mantener el interés y la constancia. Así como lavarse los dientes, leer también es un hábito que hay que cultivar desde temprana edad. Enseñar a los hijos que leer se entrena, igual como se entrenan los músculos en el gimnasio.
5.- Actividades en casa: No se debe olvidar exigirles a los niños
responsabilidades y colaboración, aunque con unos horarios más flexibles. Por
ejemplo, pedirles ayuda para arreglar o
limpiar algunas cosas, para preparar el almuerzo o que mantengan su pieza
ordenada. Algo que requiera mayor responsabilidad que lo que habitualmente se
les solicita.
El trabajo colaborativo es una experiencia que puede enseñar valores como el reciclado (separando la basura), cuidar la naturaleza (regar las plantas), fomentar la solidaridad (llevando los juguetes o libros que no usen a una ONG o la parroquia que los distribuya a niños de escasos recursos).
El trabajo colaborativo es una experiencia que puede enseñar valores como el reciclado (separando la basura), cuidar la naturaleza (regar las plantas), fomentar la solidaridad (llevando los juguetes o libros que no usen a una ONG o la parroquia que los distribuya a niños de escasos recursos).
6.-Actividades fuera de casa: Los paseos en familia
no deben faltar. Aproveche salir con
ellos a conocer las bibliotecas, muchas tienen espacios infantiles y así las
niños sabrán cómo acceder a ellas. Infórmese de las actividades gratuitas que
por lo general preparan en comunas o sectores. Todo esto favorecerá la unión
familiar y la interacción con el medio.
7.- No olvidarse de jugar: Desde el punto de
vista psicológico, el juego le permite al niño canalizar sus emociones,
fortalecer su autoestima, trabajar en equipo, desarrollar una competencia sana,
entre otras muchas cosas. Es el momento perfecto para ayudarles a gestionar sus
impulsos, a tener más tolerancia a la frustración, que tienen que respetar las
normas (reglas del juego) y el resultado.
8.- Hablar sobre los sueños y objetivos: Es fundamental que
los hijos sean capaces de crear sus propios objetivos, no los de sus padres.
Sentarse con ellos una tarde y fijar objetivos a 6 meses, a 1 año o a 5 años.
Hablar de sueños y deseos, y cómo pueden
lograrlos. No todo se trata de pasar de curso. Lo importante es acompañar a los
hijos en el camino, apoyarlos y orientarlos para que el tiempo de calidad sea
parte de la construcción de sus propios destinos. La clave de todo es
compartir y aprovechar todos los momentos disponibles para fomentar en los
hijos una vida sana, activa y entretenida.
Estrategias para
crear juntos espacios para compartir:
1.
Conocer los gustos y aficiones de los hijos e
hijas.
2.
Negociar actividades
para realizarlas juntos.
3.
Proponer actividades
conjuntas que sean del agrado de todos.
4.
Invitar a los amigos
de los hijos e hijas a que realicen actividades en casa.
5.
Variar, combinar y
compartir actividades distintas.
6.
Tener tiempo para
ellos.
7.
Animarles a la
participación en grupos dedicados al tiempo libre.
8.
Pensar en positivo.
Vivir
el tiempo libre requiere también de un aprendizaje que como padre de debe abordar.
Las posibilidades son innumerables. El gasto
es poco. Los ingredientes, variados. Los resultados no tienen precio. Recordar:
pensarlas, imaginarlas, hablarlas y pactarlas con él hijo(a); son seres únicos, especiales, con personalidad propia,
en continuo desarrollo, con necesidades afectivas, aficiones, gustos y
opiniones propias.
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